viernes, 19 de abril de 2013

Conversación con el Tiempo

CONVERSACIÓN CON EL TIEMPO

Ayer pasé y decidí
que hoy no sería otro día.
Entré en su casa y lo ví
entre agujas que corrían
y engranajes de metal.
Pensé que no importaría.

-Cuánto ya y no te veía
-Hola Tiempo, ¿tú que tal?
-No hace mucho que he llegado.
-Tiene gracia, te has pasado
fuera millones de vidas
mientras sólo transcurrías.
¿Ni siquiera lo has notado?

-No te preocupes, normal
que me pase cuando viajo.
Es parte fundamental
para ejercer mi trabajo.
Lo acepté cuando el contrato:
"Aunque pase por en medio
por mucho que vea no trato
de poner ningún remedio."

-¿Y por qué o por quién transcurres?
Porque yo eso no lo entiendo.
¿Solo siempre?¿todo el rato?
-Nunca me lo he planteado
pero ahora no se me ocurre.
Quizás no lo he descubierto.

Aquél ser se quedó quieto
meditando mi mensaje.
Me miró, no sin coraje.
Se detuvo por completo.

-Pero en fin, qué descortés
tú has venido hasta aquí a verme
y yo ni te he preguntado.
¿De qué se trata?¿qué es?
dime, ¿qué vienes buscando?

-Pues verás, vengo a contarte
que te llevaste algo mío
quiero que me lo devuelvas.
Que no te puedes llevar
por causa de tus desvíos
partes de vidas ajenas.

-Ya voy viendo lo que buscas
eso está en el almacén.
Acompáñame allí, ven
quizás te sirva de ayuda.

Y llegamos al final
de un pasillo muy extraño
en la rueda de los años
en el vector temporal.
Un depósito de instantes
de minutos recipiente.
Me miró algo recelante
y me dijo indiferente:

-No creo que las quieras todas
pocas te interesarán.
Dime que buscas, rapsoda
¿cuál despierta su interés?
¿cuáles te quieres llevar?

-Pues verás, voy a dictar:
soy dueño de tres sonrisas
de tres segundos aislados
y de aquello que he olvidado
por la culpa de las prisas.
También busco esos veranos
recordar mi libertad
y sentir a la familia
cerca, por la Navidad.

Agrupar todas las horas
las que me pasé riendo
y volver a ver miradas
que pasaron tan corriendo.
Busco grabarme con fuego
al fondo de mi memoria
cada una de mis historias
junto a todos sus momentos.
Un resumen de mi vida
que me quepa en unas horas.
¿Podría tener hasta ahora
todas las cosas pedidas?

-Lo que pides tiene un precio
quizás no puedas pagar.
-Hágame caso, Don Tiempo
podré aunque cueste luchar.
-Tiene un nombre lo pedido
lo llaman, sin más, recuerdos
y tendrás que estar de acuerdo
con el precio que he exigido.

-¿Cuál es pues el tan temido
ese coste, su valer?
Todo daré a conceder
si devuelves lo que es mío.

-Son tu cárcel, tu dolor
te causarán desvarío.
-Me resigno a ser cautivo
aguantaré ese factor.

-Si cargas con ellos hoy
nunca más podrás volar.
-Ese es un precio que voy
a estar dispuesto a pagar.

-Que aceptes tal cruz me asombra
es fuerte tu sentimiento.
Al fin te puedo otorgar
esas luces y esas sombras:
el poder de recordar
-dijo frío el señor Tiempo-.

(Octubre 2011)

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